La cultura es el territorio de resistencia, memoria y celebración para las personas LGBTQIA+. No es solo un espacio simbólico: es la trinchera desde donde luchamos, el refugio donde nos reconocemos, la fiesta donde celebramos nuestra existencia. A través del arte, la danza, el teatro, la música o la palabra, la sociedad construye espacios donde expresarse con libertad, visibilizar realidades diversas y desafiar las normas que nos excluyen. La cultura disidente siempre ha sido motor de cambio y refugio colectivo; un lugar donde existir sin censura, imaginar otros futuros posibles y reivindicar con orgullo nuestras identidades diversas.

La cultura LGBTQIA+ está llena de referentes que fueron silenciados, perseguidos y, demasiado a menudo, asesinados por el sistema heteronormativo y patriarcal. Artistas de la palabra, la música, la danza, expulsadas de los circuitos oficiales, invisibilizadas en las academias y condenadas al olvido. Hoy, paradójicamente, las mismas ideologías que contribuyeron a su marginación intentan apropiarse de su legado, vaciándolo de contenido político y convirtiéndolo en simple decorado. Reivindicar la cultura LGBTQIA+ es también recuperar esas voces, honrar su memoria y denunciar la hipocresía de un sistema que las quiso muertas pero ahora las utiliza para lavarse la cara.

Pero la cultura LGBTQIA+ no es solo resistencia y memoria: es cultura del progreso. Es la fuerza que empuja el mundo hacia adelante, la semilla de los grandes cambios sociales, la revolución que desafía la inercia y el miedo. Sin la creatividad, la valentía y la mirada disidente de las personas LGBTQIA+, la cultura —y la sociedad— serían más pobres, más grises, más sumisas. La cultura LGBTQIA+ es el motor que rompe muros, que cuestiona dogmas y que abre caminos hacia un futuro más libre y justo para todas las personas.

Desde siempre, las personas LGBTQIA+ hemos estado a la vanguardia del arte, la literatura, la música, el pensamiento y la innovación social. Hemos desafiado la censura, hemos puesto voz a los silencios, hemos convertido la diferencia en belleza y la disidencia en bandera. El progreso no se entiende sin nuestra aportación: sin nosotres, la cultura sería una repetición de dogmas y prejuicios, una cultura muerta. Somos la cultura que hace avanzar el mundo, que transforma el dolor en esperanza, la marginación en orgullo, la invisibilidad en presencia.

Luchar contra la censura y la invisibilidad

La censura y la invisibilidad son armas de opresión. El sector cultural aún expulsa, margina y silencia voces disidentes. Hay que rebelarse contra esta censura, exigir espacios donde nuestra existencia y creatividad sean respetadas y celebradas. La cultura LGBTQIA+ es una respuesta colectiva al intento de borrarnos.

La cultura somos nosotres.

La cultura no es ajena ni abstracta: la cultura somos nosotres, las personas LGBTQIA+ que escribimos, bailamos, pintamos, cantamos, organizamos, amamos y luchamos. Sin nosotres, la cultura no existe. Somos el corazón que late dentro del arte, la voz que desafía el silencio.

Reivindicar a lxs referentes.

No podemos permitir que nuestrxs referentes sean borradxs, apropiadxs o convertidxs en iconos vacíos. Hay que reivindicar a artistas, pensadorxs, activistas y creadorxs LGBTQIA+ de todas las épocas: quienes abrieron camino, quienes hoy transforman el mundo y quienes vendrán. Su memoria y obra son patrimonio de la humanidad.

Sin personas LGBTQIA+ no hay cultura.

Es hora de decirlo claro: sin la presencia, la creatividad y la lucha de las personas LGBTQIA+, la cultura sería una cáscara vacía. Somos indispensables. Somos el latido de la cultura viva, la que hace avanzar a la sociedad.

Defender los valores de la diversidad.

La diversidad no es una amenaza: es una riqueza. La cultura LGBTQIA+ defiende la pluralidad, la libertad, el respeto y la convivencia. Son nuestros valores los que han posibilitado los grandes avances sociales y culturales.

Referentes transformadores.

Lxs referentes LGBTQIA+ han sido y son elementos transformadores: han roto moldes, han cuestionado el sistema, han abierto nuevos caminos. Sin su valentía, el mundo sería mucho más pequeño.

Herramientas para empoderarnos.

La cultura nos da herramientas para ser críticxs, para empoderarnos, para construir una identidad fuerte y libre. Nos enseña a cuestionar, a imaginar, a luchar por un futuro mejor.

Expresión de la realidad LGBTQIA+.

Nuestra cultura es la expresión de nuestra realidad: de nuestras alegrías y dolores, de nuestras luchas y victorias. Es el espejo donde nos reconocemos y el faro que guía a las generaciones futuras.

Cultura como conocimiento, valores y organización.

La cultura no es solo arte: son conocimientos, valores, formas de organizarnos y de vivir, que generan identidad, pertenencia y comunidad, que necesitan referentes y visibilidad, que alimentan el pensamiento crítico y la libertad. Todo esto es incompatible con la censura y la opresión.

Defender y salvar la cultura LGBTQIA+.

Ante las agresiones recientes, ante el auge de la extrema derecha y los discursos de odio, hay que defender nuestra cultura con más fuerza que nunca. No permitiremos que nos borren, que nos censuren, que nos devuelvan al armario de la historia.

Contexto político: más visibilidad que nunca.

Vivimos tiempos difíciles, en los que la extrema derecha amenaza derechos y libertades. Ahora, más que nunca, debemos visibilizarnos, alzar la voz, ocupar el espacio público y cultural. Nuestra existencia es resistencia.

La cultura LGBTQIA+ es el latido del progreso. Es la luz que ilumina el camino hacia un mundo más libre, más justo y más diverso. No dejaremos que nos borren, porque sin nosotres, el mundo se detiene. Es defender la vida.

Defender la cultura LGBTQIA+ es defender el futuro.

Es defender la humanidad.

CAMPAÑA

La historia del arte y la cultura está llena de nombres que son parte de la comunidad LGBTQIA+. Desde Leonardo Da Vinci a Chapelle Roan pasando por Safo o Arkano. Referentes que lejos de ser nicho pertenecen al imaginario colectivo, y que con su diversidad hacen el mundo menos gris. Porque la cultura LGBTQIA+ hoy es cultura universal. Desde Pride! Barcelona hemos seleccionado 12 representantes universales de la cultura LGBTQIA+, uno por cada color de la bandera inclusiva, que han sido retratados por 12 ilustradorxs diversos de Cataluña.

Andy Warhol por

Albert Madaula

RuPaul por

Rubén Antón

Margarida Xirgu por

Araceli Plata

Pedro Almodovar por

Cachetejack

Lola Índigo por

Giselle Vitali

Freddie Mercury por

Catalina Parra

Federico García Lorca por

Daniel Torrent

Frida Kahlo por

Nazareth Dos Santos

Virginia Woolf por

Alba Prado

Eliot Page por

Cynthia Veneno

Cristina Ortiz (La Veneno) por

Siscu Romero

Lady Gaga por

Jav Rubín

Ediciones anteriores:

2024: Educación en diversidad sexoafectiva y de género

2023: Personas mayores LGTBIQ+

2022: Visibilidad lésbica

2021: Contra el estigma del VIH

2020: Edición especial TV

2019: Familias LGTBI

2018: Personas refugiadas LGTBI

2017: Homofóbia en el deporte

2016: Personas trans

2015: Stop bullying LGTBI

2014: Por los derechos LGTBI

2013: Por la ley contra LGTBI-fòbia

2012: Apoyo al matrimonio igualitario

2011: Por la salud y la igualdad

2010: Por la igualdad trans

2009: Por los derechos LGTBI